Especial elecciones: ¿Quién esperaba al 25?

Alberto Núñez Feijóo coge el 25 en Figueiras, a la altura de la Plaza da Feira después de haber quedado con cierto narco local en una finca escondida hacia la calle Parada y haber recogido unos cuantos paquetes de cocaína que quiere llevar a su amigo Marcial Dorado, farlopa mientras para que no se fijen en los bultos de su traje decide ir a esa parada para pagarle el bus a un par de señoras y prometerles para sus nietos e hijos el bús exprés a Peinador, del que echa la culpa a Caballero de que no haya ya acuerdo.

Él aprovecha para después ir a un acto tomando un bus desde la Estación de Buses a la prisión de A Lama, para lo que se baja en Pateira, y continúa andando por Martínez Garrido. Pero cuando llega al paso de cebra hacia la Estación en Gregorio Espino se dice a sí mismo: ¡El bus interurbano es de pobres! Acto seguido, llama a su jefe de campaña y le pide un coche oficial, para el que se sienta a esperar en la marquesina de G. Espino, 79.

Luis Villares, que viene de una reunión secreta para convertir Vigo en "la nueva Coruña" y destronar al malvado Abel en el café de Catro a Catro aprovecha el 29 de Casás cogiéndolo en Gran Vía, se queda en el bus en el cambio al 25 y sigue su camino hacia el Mercado de Cabral para convencer a los viandantes de que si en Coruña con Xulio Ferreiro les está yendo bien, por qué no puede pasar en Vigo. Pero, sus planes se tuercen al comentárselo a un par de culturistas en el bus.

Éstos, de acuerdo con el conductor (chovinista) vigués deciden echarlo a patadas del bus en Pateira, 16. Y entonces decide ir a regalarle caramelos a los niños que juegan en el parque de Lavadores, y sobre todo, convencerles de que también estaría bien que el Dépor estuviese en Europa con el Celta. Y todos sabemos como acaba esa historia.

Xoaquín Fernández Leiceaga viene de una visita a la sede del PSOE vigués. Coge el 25 en Jenaro de la Fuente habiéndole mandado un correo electrónico a Abel Caballero para hacer un acto juntos en Plaza del Rey, para lo que va a bajarse en Plaza España y hacer trasbordo con el 27 hasta el Concello. Pero, posteriormente se da cuenta muy casualmente de que es sábado y no hay 27 por el Couto, así que deja plantado a Abel Caballero.

Y como en el bus se encontró a la candidata de C's Galicia decide acompañarla a su tarea. Entre tanto, en Gran Vía se encuentra con unos jóvenes a los que les cuenta un chiste en el que hace publicidad subliminal de su partido mencionándolo y les suelta una risa tan falsa como la de Pedro Sánchez. Y, como no, cuando se van les mete en el bolsillo trasero la papeleta de su candidatura.

A Cristina Losada se le ha estropeado el Audi A5, y, consecuentemente, se dispone a coger el 25 en Manuel Álvarez, 151 para acudir a su compra diaria en el Corte Inglés. Por supuesto, no sin antes ponerle a su asiento una toallita y procurando no tocar a nadie ni al equipamiento del bus, para no contagiarse de la ingenua plebe que le va a votar.

De camino a Plaza España, ve que se sube al bus su gran amigo Leiceaga. Comparten una intensa charla en la que flirtean políticamente mientras ella le aclara, en el instante en que se saca un chicle de la boca; que ellos son como el chicle de MacGyver. "Esos podemitas..." piensan los dos. Y después de la propaganda a esos jóvenes Losada le declara: - Ajajajá (risa pija lenta), yo hago lo mismo solo que les doy un poquillo de farlopa chuches.

Ana Pontón coge el 25 en Plaza España, le da un sermón al conductor de que los buses políticos (nunca sabremos a lo que se refería ni por qué deliraba así) deben conectar todas las sedes de los partidos y que, aún, por encima, tuvo que pasar por el muro de un colegio concertado, el cual quiere suprimir, of course.

Una vez en el bus corrige morfológicamente a un par de señoras en su uso del gallego de pueblo. Se baja en la Bouciña para ir buscando castellanismos franquistas en las placas de las calles, y, mientras emprende la tarea alerta a todo vecino que se encuentra de que el gran Abel no nace nada para paliar esos restos.

El candidato de Compromiso x Galicia se subió al bus en Pizarro, 8 pero se bajó en la parada de Isabel la Católica cuando se enteró de que no estaba invitado ni siquiera al debate de la TVG.

También se cuenta que un grupo de simpatizantes de Comunistas da Galiza
le hicieron abrir la puerta a un bus que realizaba el 25 para luego no subirse a las 19:59.

Pero...
¿Sería este el 25 al que esperaban?


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