Una segunda vida para la "tarxeta verde"

Cadena Ser
La tarjeta verde de Vitrasa nació en marzo de 2001 (inicialmente para estudiantes, unos meses despúes se amplió a todos los colectivos) para sustituir a los antiguos tacos de billetes. Llegó de la mano del Concello nacionalista de Pérez Castrillo, Caixanova y Vitrasa. Fue recibida con un buen grado de aceptación social, puesto que revolucionaba la manera de pagar el transporte urbano: era una tarjeta monedero recargable en cajeros de Caixanova en Vigo y Chapela que además, permitió el billete de transferencia, hoy conocido como transbordo (de aquellas no se asumía tan bien como ahora).

La historia de la tarjeta verde llegó a su fin el 15 de abril de 2018, día en el que finalmente terminó el proceso de transición entre la antigua tarjeta verde y la PASSVIGO. Esto implicaba que la tarjeta verde, aunque pudiese seguir en la casas de las viguesas, ya no tendría utilidad en los autobuses de Vitrasa. Pero no solo eso, esto también significaba que las vecinas de los ayuntamientos limítrofes de Vigo se quedarían fuera de las bonificaciones del autobús urbano de nuestra ciudad (esto ya lo hablamos previamente en el blog), y la situación se llevó a los tribunales. La resolución llegó unos días después, y concluía que el ayuntamiento de Vigo debía proporcionar tarjetas PASSVIGO también a los no empadronados en Vigo.

A esto la corporación municipal respondió acatando pero con intención de reclamarle el dinero a Feijóo, al considerar que el fallo judicial era culpa de su "ley anti-Vigo". Aún así, el ayuntamiento y Vitrasa se hicieron de rogar, y cuando finalmente entregaron las primeras tarjetas del bus urbano a vecinas de fuera de Vigo descubrimos por qué.
Resultó que tardaron tanto tiempo en entregar las tarjetas porque estuvieron pensando en un maquiavélico plan para acatar la sentencia y a la vez "proteger" los intereses de Vigo. Y llegaron a la conclusión de que, como si de un sistema de marcaje nazi se tratase, se le darían tarjetas distintas a los no empadronados que a los empadronados.

La Voz de Galicia

De esta manera, la tarjeta verde volvió a la vida, pues para los de fuera de la ciudad se hizo una tarjeta totalmente blanca que solo incluye el número del soporte, el nombre del titular, y "TARXETA VERDE". Mientras, los de Vigo tenemos nuestra PASSVIGO. Es decir, que esto sirve para distinguir y marcar claramente a los que son de fuera de Vigo, al ser su tarjeta totalmente distinta que la nuestra. Sé que puede sonar muy exagerado, pero hay que darse cuenta de a los extremos populistas y localistas a los que estamos llegando.

Esto es una nueva ocurrencia de la corporación de Caballero, y como tiene mucha aceptación social (y seguirá teniendo), lo único que queda es esperar a que llegue alguien que realmente quiera ensalzar el área metropolitana para lanzar a Vigo al liderazgo de todo lo que se nos ponga por delante, en definitiva; alguien con un poco más de mesura.
Por cierto, que esto lo tuvo que destapar La Voz de Galicia, por supuesto, el FARO lo mencionó de corrido y sin destacarlo en absoluto...

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